No es solamente el hecho de tenerlo como una prioridad en nuestras vidas, sino también que podamos cumplir cada miembro del matrimonio con sus respectivas responsabilidades. La Biblia nos presenta múltiples lecciones acerca de cómo lograr tener un matrimonio feliz. Compartimos contigo 6 consejos que nos da el apóstol Pablo para lograr un feliz matrimonio cristiano.
1. Sométanse el uno al otro. Para tener un matrimonio cristiano feliz, ambos cónyuges necesitan dejar el orgullo y el egoísmo en procura de la felicidad y el bienestar mutuo.
2. El hombre necesita respeto, la mujer amor. Las mujeres desean sentirse amadas, esto no quiere decir que no quieran ser respetadas, pero para ellas destaca sentirse amadas. Un esposo necesita respeto incondicional, los hombres priorizan el sentimiento de respeto, como una muestra de amor que nos resulta más significativa. Una esposa amor incondicional.
3. No procures dominar la voluntad de tu esposo. Lo que significa es que, para tener un matrimonio cristiano feliz, la esposa debe respetar el liderazgo de su esposo y alentarlo. Debe permitirle liderar y apoyarlo en su liderazgo con sus consejos y amor.
4. Respeta las decisiones de tu esposo. Como hemos visto, ambas partes deben someterse la una a la otra en amor. Es por esto que el esposo debe procurar considerar con atención, interés y cuidado los deseos, y sentimientos de su esposa al tomar cualquier decisión. Sus decisiones deben procurar el bienestar y la felicidad de ella, y de su familia.
5. Ama incondicionalmente a tu esposa. Amarlas de forma incondicional, con indiferencia de sus defectos y errores, procurar su florecimiento, su desarrollo y su salvación. Tristemente, en muchos casos se subestima esta tarea y no se lleva a cabo como debiera. Pero Dios nos invita a los hombres a amar de modo sobrenatural.
6. Provee para tu esposa, cuídala y protégela. El apóstol también les dice a los esposos que del mismo modo en que cuidan de su propio cuerpo, así mismo deben cuidar de sus esposas. Es decir, de ser necesario proveer para ellas, valorar y dignificar su trabajo en el hogar. Tratarla con delicadeza y amor. Hacerla sentir cuidada, valorada y protegida.
Los matrimonios cristianos dejan de lado el orgullo y el egoísmo, y buscan juntos la dirección de Dios con el fin de hacerse mutuamente felices, entonces tendremos familias más sólidas que honren a nuestro Dios y contribuyan a nuestra felicidad.
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