Involucrar a todos los miembros de la familia en la planificación de los gastos y el ahorro, es no solo necesario sino también beneficioso para todos. Cuando se inicia una vida en pareja, por ejemplo, esto puede generar mucho estrés y tensiones porque requiere que ambos sepan controlar y cubrir los gastos para avanzar en la misma dirección.
Recomendaciones:
1. Es imprescindible la planificación para administrar el dinero en pareja, y así determinar cuál es la forma más lógica de cubrir los gasto, para evitar conflictos. Quizás, definir quién se encarga de ciertas facturas y quién de otras, aportando todos a una misma cuenta, les ayudará al presupuesto familiar; muchas parejas a pesar de la diferencia de sueldos prefiere cubrir los gastos a la mitad y de este modo evitar conflictos, sin embargo cada relación toma su decisión.
2. Una idea es tener una cuenta en común en la que cada uno haga el aporte mensual que corresponde. Los servicios pueden domiciliarse a esta cuenta, del mismo modo, de esta puede hacerse la compra de comida etc. En esta cuenta se estará ingresado todo aquel dinero que se requiera para los gastos comunes.
3. Ambos miembros de la pareja deben controlar los gastos en la medida de lo posible y determinar, si se planea ahorrar, cuánto dinero mensual deberá dar cada uno para conseguirlo. Todo se logra mediante una conversación efectiva y con transparencia, pero también estableciendo presupuestos convenientes para cada uno de los planes, incluyendo y respetando las opiniones de ambos cónyuges. Cada vez que alguno de los dos por cualquier razón necesite recurrir a ese dinero ahorrado debe informar al otro, de este modo no habrá sorpresas desagradables.
Finalmente es sano recordar que cuando se decide vivir en pareja se ha hecho también un voto de confianza y honestidad, que se debe asumir con madurez y responsabilidad para sumir los gastos que conlleva este paso y tratar de hacer que el aspecto económico esté lo más equilibrado posible para evitar tensiones y discusiones. Los problemas económicos forman parte de la rutina cotidiana de muchos hogares en los que solo uno de los dos trabaja y tiene un sueldo bajo, o también, en los que los dos miembros de la pareja están en desempleo; los problemas económicos son una realidad, en ocasiones invisibles, para quienes sufren una situación así, pero el desafío será el respeto, la planificación y la responsabilidad de sus miembros.
