Dentro de nuestros objetivo como padres, lugar especial ocupa el dedicar tiempo para compartir con ellos la palabra de Dios, sus estatutos, enseñanzas, y sobre todo su amor por nosotros. Es necesario que los niños conozcan la Biblia lo suficiente como para pensar que es un acto de adoración, de cercanía al creador, o lo que Jesús llamaba amar a Dios con toda su mente.
Cuando se trata de ayudar a los niños a pensar y actuar bíblicamente, estos principios pueden ser muy útiles:
1. Busque los momentos de enseñanza, que la vida le presenta cada día, muéstreles similitudes en las Sagradas Escrituras, o cómo reaccionaron los patriarcas de la fe en su tiempo. Si el estudio de la Biblia es algo que solo ocurre en un día determinado, a una hora determinada, se pueden perder muchas oportunidades para enseñarles.
2. Mantenga el consejo Divino, hable sus hijos sobre cuestiones prácticas de la vida en relación con Dios. Conversen de temas tales como amigos, comida, lenguaje, respeto a los ancianos, etc., todos los temas serán instrucciones para la vida. El libro de Proverbios, seguramente será de mucha utilidad.
3. No se canse de repetir, una clave para aprender es repetir. No puede simplemente decirle algo a un niño una vez y esperar que lo recuerden para siempre. En cambio, es posible que tenga que repetir versículos y principios de la Biblia una y otra vez para que realmente se quede con el niño.
4. Interésese e conocer cómo están leyendo y estudiando la Biblia, cómo podrían mejorar, si tienen una Biblia apropiada para su edad, y por ultimo muéstreles el ejemplo, los hijos hacen lo que ven hacer a sus padres.
