Una de las “mas extrañas” capacidades el cerebro es su extraordinaria facultad de aprender y mejorar la memoria; el cerebro es el encargado de facilitar y chequear múltiples funciones dentro del organismo, y entre ellas mediante las funciones de la memoria, el cerebro reconfigura permanentemente sus circuitos. Hoy se sabe que el almacenamiento de recuerdos hace que intervengan no solo los cambios duraderos para la eficacia de las uniones (sinapsis) que existen entre las neuronas, sino también la creación de nuevas conexiones e incluso, la aparición de nuevas neuronas en algunas zonas del cerebro.
Sin memoria, nuestro cerebro semejaría a una biblioteca con anaqueles y estantes vacíos, no tendríamos capacidad de identificar, crear o establecer relaciones sociales; este depósito de conocimientos y recuerdos resulta esencial para la construcción de nuestra personalidad.
Las personas dotadas de una buena memoria confiesan que, por lo general, recurren a algunas estrategias para mejorar su producción. Hay quien asocia cifras a colores o a formas, otros incluyen personajes en la escena, integran referencias en un relato o los asocian a lugares determinados. El entrenamiento y la motivación son factores importantes del juego; pequeñas astucias como la repetición, el complemento visual o la mnemotecnia, que otorga significado a datos que en apariencia son disparatados (por ejemplo: Treinta días tiene noviembre, con abril, junio y septiembre, veintiocho solo hay uno y los demás treinta y uno), pueden sin embargo, utilizarse para mejorar su rendimiento y memorizar mejor una clase de información. No obstante, ningún método es universal: la actividad intelectual continua, la calidad de vida social, así como una buena higiene de vida siguen siendo los mejores auxiliares de la memoria.
