La respuesta puede ser compartida por muchos: Si!. El momento de la cena es quizás uno de los más importante del día, no solo por la comida en sí, sino porque es cuando habitualmente la familia dispone de un mismo horario y lugar para encontrarse, luego de sus actividades diarias, lo que representa beneficios no solo sociales y familiares, en tanto estrechan sus vínculos afectivos, sino también para la salud en general.
Preste atención a estos datos:
1: Las familias que comen sus alimentos en la cocina o comedor tienen un IMC significativamente más bajo que las familias que comen en otro lugar, según un estudio de la Universidad Cornell.
2: Los niños que no consumen alimentos con sus padres por lo menos dos veces a la semana son un 40 por ciento más propensos a tener sobrepeso que los que si lo hacen, de acuerdo con datos revelados en la Conferencia Europea sobre la Obesidad.
Sin embargo, algunos se podrán preguntar: ¿Cómo evitar que las comidas nocturnas sean difíciles de digerir?. Según los nutricionistas, lo esencial para que las comidas nocturnas no se conviertan en un problema para la salud, sean saludables y no afecten las horas de sueño, deben limitar los carbohidratos (una o dos porciones es lo ideal), tener precaución con las pastas, las papas, el arroz y los rellenos, priorizar el consumo de vegetales, al menos dos tipos de vegetales como zanahorias salteadas, arvejas, o aquellos de hojas verdes, incorporar legumbres y decir adiós a las harinas, si agrega pan a la mesa, está consumiendo calorías y ocupando lugar para otros alimentos más saludables.
Y en el caso de los líquidos, se recomienda suprimir las gaseosas y los jugos ya elaborados y envasados, que sólo agregan calorías y azúcar sin aporte de nutrientes, tome agua o por igual pueden considerarse bebidas calientes (tés, infusiones) sobre todo para la sobremesa.
