Incorporar tiempos devocionales como parte de nuestra rutina habitual favorecerá en nosotros esa relación intima y personal con nuestro creador; el tiempo diario de estudio y reflexión de la palabra de Dios es componente esencial del caminar espiritual. Nuestros estudios devocionales deben comenzar en oración pidiéndole a Dios sabiduría para entender su mensaje, aplicarlo a nuestras vidas y tomar las mejores decisiones.
Diferentes libros y planes de lectura de devocionales están disponibles para todos los miembros de la familia, usted puede elegir según su propia planificación, lo que si debe permanecer es el deseo de absorber la verdad, el significado de las palabras y pensar en cómo se relaciona con nuestra relación con Dios. Por ejemplo, leer la historia de Jonás, no debe limitarnos solamente a imaginar un hombre dentro del vientre de una ballena, debemos reparar en la narración, establecer “puntos de contactos” en los que quizás nos hayamos sentidos igualmente atrapados por alguna circunstancia, y pensar en cómo Dios nos sacó de esa situación, de la misma manera en que sacó a Jonás a tierra seca.
Permita que la sabiduría de la palabra de Dios le guíe durante todo el día, puede escribir lo que piensa de lo leído, comentar y compartir los versos bíblicos que componen la narración leída, quizás sea usted el instrumento para alentar a otros. Deberemos concluir siempre nuestros devocionales en oración, alabar a Dios por sus obras, su grandeza, interceder por situaciones personales o incluso por otros; una rutina similar nos puede ayudar en nuestros tiempos devocionales de manera más intencional y específica.
