El cabello graso durante el embarazo es uno de los procesos fisiológicos que suceden en este estado gravídico. De hecho, alrededor del 90% de las mujeres va a manifestar cambios en el cabello, en las uñas y en la piel.
Durante el embarazo, el aumento de las hormonas placentarias provoca alteraciones en el cabello de la mujer. Por lo tanto, aumenta la secreción de sebo en el cuero cabelludo y esto afecta la apariencia del pelo.
Las glándulas sebáceas generan grasa que protege la superficie de la piel, pero cuando se encuentran inflamadas suelen provocar alteraciones cutáneas. Por ende, si las glándulas del cuero cabelludo se inflaman, no solo el pelo estará graso, sino que habrá una leve descamación y aparecerán costras, caspa e irritación.
Algunos de los otros cambios que se observan en el cabello en el tercer trimestre incluyen lo siguiente:
· Aumento de grosor del cabello: es habitual que el cabello se observe con un aumento del grosor durante el embarazo. Incluso, puede presentar un tallo aumentado de diámetro.
· Aumento de la cantidad de cabello: El aumento de cabello, como el hirsutismo y la hipertricosis, se resuelve por sí solo luego del parto.
El cabello graso en el embarazo suele ser una condición temporal. La mayoría de las alteraciones del cabello se resuelven en la etapa de postparto, por lo que no requieren ningún tratamiento sintomático y se pueden prevenir con las medidas de higiene y cuidado adecuadas.
Sin embargo, cuando el cabello continúa graso durante el embarazo, a pesar de poner en práctica los consejos mencionados, e incluso presenta descamación o prurito, se aconseja consultar con un dermatólogo para un tratamiento correcto.
