Es difícil no estar de mal humor cuando estás con alguien que está de mal humor.
Es como si se te pegara. No sé si te ha pasado que estás de mal humor con tus hijos y, de repente, ellos también se ponen sarcásticos y de mal humor, y sus actitudes comienzan a irritarte. Y si nos irritamos, queremos reaccionar, lo cual no ayuda a nadie. Es complicado ser siempre el adulto y darnos cuenta de que a veces estamos enseñando malos hábitos a nuestros hijos.
Los niños reflejan los gestos, tonos y estados de ánimo de los padres y madres. Cuando son pequeños, nos puede parecer lindo, incluso gracioso pero a medida que crecen, muchos de esos malos hábitos comienzan a formar parte de su personalidad.
Por eso es tan importante que tomemos un tiempo para nosotras antes de explotar.
Tomar un descanso de la maternidad es fundamental para equilibrar nuestro estado de ánimo. Incluso alimentarte adecuadamente, tomar tiempo para escribir o para darte una larga ducha, pueden ayudarte a sentirte mucho mejor. Puede ser difícil romper el ciclo del mal humor, pero nos toca a nosotras como madres y adultas hacerlo, porque nuestros niños no pueden.
Debemos entender que la forma de mantener un hogar feliz es buscar la felicidad en nosotras primero. Obviamente, es mucho más fácil decirlo, que hacerlo, pero no cuesta nada comprometernos a intentarlo.
Como mamás, tenemos tantas responsabilidades que tan solo pensar en un tiempito para nosotras, nos hace sentir culpables. Pero debemos entender que balanceando nuestras vidas, ayudamos a que nuestros hijos y nuestro hogar sean más felices. Así que, definitivamente, vale la pena intentarlo.
