Las personas por lo general están acostumbradas a percibir el maltrato infantil mediante acciones evidentes como los gritos, agresiones, abusos físicos o psicológicos, sin embargo, resulta oportuno reconocer otras “más sutiles” que representan un gran riesgo para el desarrollo socio-afectivo de nuestros hijos, que si bien pudieran parecer acciones sin mala intención, muchas veces por falta de conocimiento, pueden afectarlos con el paso del tiempo. Con relación al maltrato infantil lo importante es comprender que cualquier tipo de maltrato sutil o no, siempre deja huellas.
Algunas otras formas de expresión que apunta a un posible daño en los niños, que los exponen al maltrato infantil, son las siguientes situaciones:
1. Cuando se permite que esté presente y sea testigo de actos de violencia doméstica intrafamiliar, ello implica que se asuste y se sienta desprotegido aún en presencia de sus padres.
2. Cuando se daña su autoconfianza por ser excesivamente sobreprotectores; se daña su autoconfianza y se impide que desarrolle habilidades para enfrentar retos.
3. Cuando se daña su autoestima con “bromitas inocentes”, ya que resultan un golpe psicológico; entrar en una batalla de bromas pesadas y perder de vista la relación de respeto, puede deteriorar en ellos la noción de la confianza y la seguridad.
4. Cuando se desaprueba en presencia de ellos a algún miembro de su familia, por lo general más propenso a suceder en parejas separadas; esta situación puede ponerlos en un dilema de lealtades y podría llegar a sufrir ansiedad por sentirse un traidor en medio de un conflicto que no le corresponde.
Como familias, debemos prestar atención a estos “maltratos silenciosos”, y crear para nuestros hijos e hijas el ambiente requerido para establecer lazos afectivos y emocionales que desarrollen sentimientos correctos; es tarea de todos formar familias saludables.
