La llegada de un hijo es una experiencia hermosa y única, que supone cambios significativos en la vida matrimonial. El nuevo integrante de la familia capta toda la atención, el tiempo y el espacio de sus padres, por lo que podrías pensar que la maternidad es un desafío para la pareja.
El cuidado diario del recién nacido va a repercutir indiscutiblemente en la vida de la pareja. Esto implica que quizás pasarán menos tiempo juntos. A su vez, tareas como amamantar, bañar o cambiar al bebé te quitarán horas de sueño y esto influirá en tu estado de ánimo.
Algunos padres podrían concluir que la llegada del bebé ha venido a desunir la pareja. Si piensas que la maternidad pone a prueba el matrimonio, es mejor que te enfoques en esto como un asunto de adaptación a nuevas circunstancias. En tal sentido, si la maternidad pone a prueba el matrimonio ¿Qué puedes hacer para superarlo?
Te dejamos unos consejos sencillos que puedes poner en práctica para enfrentar la situación:
- Dile a tu pareja cuánto lo quieres y demuéstraselo con acciones.
- Asegúrate de desvanecer cualquier inseguridad que la otra persona pueda empezar a sentir.
- Hablen sobre sus necesidades sexuales.
- Muestren compasión el uno por el otro, sean pacientes y claros, eviten dar rodeos a la hora de comunicarse.
- Dale reconocimiento a lo que hace el otro: Valorar y agradecer su esfuerzo ayuda a profundizar el amor que se tienen mutuamente.
En definitiva, es verdad que la maternidad pone a prueba el matrimonio, dado que cambia las circunstancias para siempre en la pareja. Esta nueva etapa debe verse como una forma más de demostrar amor y comprensión. La crianza del bebé permitirá aflorar cualidades valiosas que, sin su llegada, no se hubiese puesto de manifiesto.