Familia

¿Por qué importa conocer el temperamento de tu hijo?

Conocer el temperamento de tu hijo es muy importante. Si tienes varios hijos, probablemente estarás sorprendido porque cada uno tiene un tipo de personalidad. Uno puede ser tranquilo y relajado, mientras que el otro es muy sociable y apasionado.

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Uno se adapta rápido a los cambios, mientras que otro necesita más tiempo para ajustarse. Los niños fueron criados por los mismos padres, en el mismo hogar, en la misma cultura, y aun así ellos enfocan la vida de forma diferente.

¿Qué es el temperamento y de dónde proviene?

El temperamento se refiere a nuestros rasgos personales y a nuestras respuestas ante la vida.  Es innato, algo con lo que nacemos. Forma parte de las conexiones cerebrales únicas de cada individuo. Tu hijo no escogió su temperamento, y no actúa de esa manera porque hayas o no hecho algo; aunque las experiencias tempranas y las interacciones con otras personas durante los primeros años de vida pueden modificarlo un poco.

Cuando tu hijo comience a ir a la escuela, su temperamento ya estará bien definido y los que lo conozcan lo detectarán fácilmente. Es muy probable que su forma de ser no cambie mucho en un futuro. Como ya lo mencionamos, estas características son innatas, son algo con lo que tu hijo nació y son independientes de tus habilidades de crianza. Sin embargo, la manera en cómo tu pequeño se adapte a su ambiente dependerá mucho de la interacción entre su temperamento y el tuyo, y de cómo responden las personas que lo rodean. Un niño que está cómodo en su ambiente y con las personas que conoce, prosperará.

De acuerdo con la Academia Americana de Pediatría, el temperamento tiene nueve características.

· Nivel de actividad: ¿Qué tan físicamente activo es tu hijo en su vida cotidiana? ¿Es muy inquieto o es más tranquilo?

· Ritmo y regularidad: ¿Tiene patrones consistentes de funciones fisiológicas como el apetito, sueño o deposiciones?

· Acercamiento o retraimiento: ¿Cómo responde tu hijo ante nuevos estímulos? ¿Se aproxima a ellos rápidamente y de forma atrevida o se toma su tiempo y duda? Esto puede darse con personas, situaciones, lugares, alimentos, cambios de rutina u otras transiciones.

· Adaptabilidad: ¿Qué tan fácilmente se adapta a los cambios o situaciones nuevas? ¿También puede modificar sus reacciones?

· Intensidad: Por lo regular, ¿qué tan enérgicamente responde ante una situación positiva o negativa?

· Humor: Por lo general, ¿tu hijo es agradable o antipático cuando se comunica o actúa? ¿Cómo describirías su humor?

· Periodos de atención: ¿Tu hijo es capaz de concentrarse en una tarea, haya o no distracciones?

· Tendencia a distraerse: ¿Qué tan fácilmente se distrae de una tarea por culpa de estímulos ambientales?

· Umbral sensorial: ¿Qué tanto debes estimular a tu hijo para obtener una respuesta? Algunos niños reaccionan ante cualquier estímulo, mientras que otros necesitan ser bombardeados por ellos.

Al ser consciente de algunas características del temperamento, podrás entender mejor a tu hijo, aprender a aceptarlo y, lo más importante, apreciar su singularidad. A partir de ese punto, lidiarás con problemas o situaciones de una forma más adecuada para él, estimulando un desarrollo socioemocional saludable.

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