El vínculo entre hermanos, sin importar la diferencia de edad, es importante porque además de los lazos de sangre, a los hermanos los une la familia en la que crecieron juntos y en la que se hicieron compañía; por ello crear nuestras familias sobre bases sólidas en el respeto y el afecto, a pesar de cualquier conflicto, hará que la relación sea buena además de perdurable. El papel de mamá y papá es imprescindible para ello.
La relación entre hermanos se debe cuidar desde que son pequeños ya que esto hará que sean un apoyo incondicional a lo largo de toda su vida. Es importante que esto se fomente desde una relación de genuino amor y comprensión y no desde la obligación, el hecho de que nuestros hijos crezcan bajo el mismo techo y bajo las mismas formas de crianza, no garantiza que se conviertan en amigos ya que esto dependerá de cómo manejamos las dinámicas de interacción entre ellos. Así que para que ellos se conviertan en mejores amigos, es importante enseñarles a comunicarse y a expresar lo que sienten y cómo se sienten sin necesidad de agredirse ante cualquier discusión o desacuerdo.
Terapistas de familia recomiendan a los padres evitar interferir en todos los conflictos, permitir que ellos intenten resolver sus problemas, y mediante nuestros ejemplos alentar en ellos las mejores formas de resolución, crearán en ellos las bases para el respeto mutuo con el que se deben tratar. Enseñarles a ser honestos sin que sean hirientes, permitir que cada uno tenga su propio espacio, alentar en ellos el arte de la negociación (aceptar que no siempre tendrán la razón, y disculparse por ello), y no etiquetarlos ni hacer diferencias entre ellos, facilitará la mejor manera de que asuman las diferencias sobre la base de la correcta convivencia.
