Podríamos imaginar que es muy difícil que los niños aprendan otro idioma desde pequeños porque apenas están aprendiendo su lenguaje materno, pero no es así, al contrario, las edades infantiles son las ideales para que se conviertan en niños bilingües. Los niños pequeños tienen una mayor facilidad de absorber los sonidos, aprender las estructuras, la entonación y las reglas de un segundo idioma, gracias a que los músculos de su oído y del habla que son a esas tempranas edades más flexibles.
Incluso, los niños tienen una mayor capacidad para concentrarse en algo y dado que tienen una mayor flexibilidad cognitiva, pueden identificar el idioma y responder de forma adecuada, ya que su cerebro tiene la flexibilidad para elegir el idioma en el que les están hablando.
Pero, ¿cuál es la mejor forma de que nuestros hijos aprendan un segundo idioma?:
Exponerlos al idioma lo más pronto posible, establecer conexiones como si fueran de forma nativa, involucrarlos en el uso lingüístico de calidad, según su región de residencia, ser constantes en el aprendizaje, y elegir formas inteligentes de programas, aplicaciones o programas virtuales o presenciales con tutores, son el primer paso de un camino que cada día ellos aprenderán a transitar mejor.
