Su hijo siempre ha sacado buenas notas, incluso, quizás ha sido un alumno ejemplar, y de repente, empieza a llegar a casa con grados suspensos, ¿A qué puede ser debido este cambio? ¿Por qué de repente saca estas malas notas?. Quizás este sea un escenario común en algunos hogares, y es lógico, normal, que el rendimiento académico de nuestros hijos nos preocupe, porque es un aspecto importante en el desarrollo de ellos, pero también lo es la esfera emocional, donde muchas veces encontramos las explicaciones a la pregunta inicial: ¿Por qué?.
Una de las causas más comunes de sacar malas notas es la falta de motivación, que tiene que ver con las dificultades a la hora de conectar con un auténtico interés en el proceso de aprendizaje, y esto, a su vez, se explica por diferentes razones: dificultades para entender las explicaciones del profesor, no hacer las clases que sean de su interés, o incluso aburrirse porque lo entiende todo demasiado rápido (altas capacidades), etc. Aunque pueda parecer paradójico, lo cierto es que los alumnos con altas capacidades pueden sacar muy malas notas, y entre las razones principales, pueden estar el aburrimiento y el no sentirse estimulados en clase.
¿Qué podemos hacer?:
1. Intentemos revertir este escenario y crear condiciones que lo estimulen, ese debe ser nuestro punto de partida.
2. Ayudarles en la comprensión de conceptos, motivarlos a no quedarse con las dudas sino a exponerlas y resolverlas.
3. Establecer hábitos o rutinas de estudio, de acuerdo con sus programas y exigencias académicas.
4. Incentivar en ellos la motivación para el aprendizaje, reconocer sus esfuerzos y premiar sus resultados (no necesariamente mediante acciones materiales), les permitirán reafirmar sus progresos.
Como familias, no debemos olvidar que el estudio y el aprendizaje necesitan un entorno adecuado, una rutina, estructura y sobre todo hábitos, que deben cultivarse y entrenarse. Sin ellos, es mucho más difícil concentrarse, aprender o mejorar sus notas en la escuela.
