Una de las habilidades emocionales, que probablemente más los seres humanos deben practicar y asumir ante la vida, es la tolerancia ante la frustración. Para que nuestros hijos no se conviertan en adultos infelices e insatisfechos es fundamental hablarles sobre el hecho “de perder”; fortalecer en ellos la autoestima y crear bases para el aprendizaje y su bienestar psicológico, es tarea de toda la familia.
Para la profesora de Primaria y Secundaria Patricia Collado, cuando los menores se enfrentan a esos momentos de frustración, los adultos tenemos que hablarles “desde la calma, el acompañamiento, el respeto, el amor y la firmeza”, y cuando pierden y se enfadan “podemos invitarles a que se vayan a un lugar que les transmita tranquilidad y paz”. Los niños debe poder reconocer un espacio personal, donde se encuentren bien y les apetezca estar cuando algo les ha ocurrido, un espacio que les favorezca respirar hondo, jugar con una pelota relajante o un peluche al que abrazar por ejemplo, ayudarles a canalizar la ira, el enfado y los impulsos es un proceso necesario.
Trabajar la frustración desde la infancia les ayuda a superar miedos y obstáculos con más facilidad, les favorece la flexibilidad, la adaptación a múltiples situaciones y la estabilidad emocional, puesto que les prepara para encajar la adversidad. Emociones como la rabia, la decepción, la ira se disparan por la subida de adrenalina y como padres es necesario estar allí para acompañarles, ayudarles a que la frustración pase de manera natural, sin reproches, sin gritos, sin pérdidas de paciencia y, por supuesto, sin castigos u otros impedimentos, el fin es prepararlos para manejar esas emociones.
En opinión de la maestra Míriam Campoy de la Escola Polinyà, si le hablamos a los niños en términos de ganar o perder, (dos opciones reales a lo largo de la vida), les “estamos quitando el foco de lo importante, que sería cómo lo han hecho o qué han aprendido en el proceso”; debemos mostrarles a nuestros hijos que en la mayoría de las ocasiones no pasa nada por perder, y puede ser que en otros momentos sí se consiga, esa es la mejor herramienta de aprendizaje.
