Dentro de las cualidades que nos distinguen como seres humanos, está la gratitud; a través de la Biblia, la palabra de Dios nos llama a ser agradecidos; el dar gracias en todo momento debe ser un propósito diario en nosotros, el hábito de la gratitud intencional, nos convierte cada día en una versión mejorada de nosotros mismos como seguidores de Jesús.
“Dad gracias en todo; porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”. 1 Tesalonicenses 5:18.
Vivir como personas agradecidas por encima de nuestras circunstancias, ya sea que nuestra vida avance sin problemas o se sienta caminando sobre arenas movedizas, es un reto para cada día. Un equipo multidisciplinario estudió la relación del sentimiento de la gratitud en las personas y sus rendimientos en el área de la salud, y encontraron que las personas agradecidas se deprimen menos, obtienen mejores calificaciones en la escuela, duermen mejor, exhiben altos indicadores de salud, tienen amistades más duraderas y una perspectiva más positiva de la vida. Es vital que hagamos de nuestra gratitud algo habitual, para que cuando las tormentas de la vida nos sobrevengan, sepamos cómo navegar en medio de esas aguas turbulentas. Confiar en Dios y elegir ser agradecidos nos ayudara a entender mejor el mundo que nos rodea.
