El pasado domingo, un barco en el que iban cinco pescadores a bordo se hundió durante una jornada de pesca en el Caribe; según el Trinidad Tribune, el hecho fue provocado por enormes olas estrellaron contra la embarcación de 55 pies. El capitán James Kirwan, de 59 años junto a Jerome Nicome, Kyle Dyer, Azim Baksh, y Keston Frederick, atribuyen su vida a Dios, que los rescató tras el incidente.
Cuando los pescadores se dieron cuenta de que estaban en peligro enviaron una llamada de socorro, pero la señal no fue lo suficientemente clara como para que los rescatadores pudieran encontrarlos. El Crystal Eve se hundió poco después de la medianoche cerca de la costa del suroeste de Tobago, los pescadores se pusieron los chalecos salvavidas y se lanzaron al mar en medio de las agua extremadamente fría y oraron a Dios pidiendo que los mantuviera con vida.
Cuando el barco de rescate conocido como Siem Spierfish llegó, encontró a los pescadores, los subieron al barco y les dieron los cuidados necesarios.
“Gracias a Dios, a Él todo honor, gloria y alabanza. Quien me escuche ahora, que sepa que Jesús me salvó. Nadie nos observaba, pero Él nos vio”, dijo Nicome, un de los miembros de la embarcación.
La Agencia de Gestión de Emergencias de Tobago (TEMA) expresó su agradecimiento, a través de Facebook, al equipo bahameño y a todos los que participaron en el rescate de los pescadores, quienes se recuperan satisfactoriamente, y ahora comparten lo que Dios hizo por ellos. Amen!
