Tim Remington, pastor de la Iglesia Coeur d’ Alene, en Idaho, había salido de su iglesia cuando vio al pistolero bastante “trastornado” en el estacionamiento, cuando le disparó unas seis veces y se dio a la fuga; el pastor fue encontrado por el paramédico Eric Paul sangrando por todas partes y un pulmón colapsado.
Los paramédicos tratando de mantenerlo con vida le insertaron un tubo torácico temporal para ayudarlo a respirar, «Solucionamos el único problema inmediato que podemos solucionar en el campo. Le dimos algunos bolos de líquido y luego trasladaron al hospital», dijo Paul. A los segundos de ser internado en la sala de emergencias de Kootenai Health, su esposa Cindy llegó al lugar y tuvieron un breve momento juntos, donde ella pudo ver la magnitud de sus heridas.
Según los noticieros de ese día, el pastor tenía una herida grave en el hombro derecho que le quedó destrozado y una de las seis balas entró al tejido blanco de su cráneo, a solo unos pocos centímetros para que éste muriera, además tenía heridas en un brazo y en su pelvis; no tuvo ningún daño en sus órganos vitales, lo que fue sorprendente para los especialistas que lo atendieron.
Mientras tanto su esposa oraba y confiaba en que la vida de Tim estaba en manos de Dios una vez que fue ingresado a cirugías para detener la hemorragia, «Honestamente y verdaderamente, descubres que hay una paz que sobrepasa todo entendimiento, y Su nombre es Jesús y eso es realmente lo que sucedió. Todo quedó muy quieto», contó ella.
Ocho horas después, el pastor despertó en la unidad de cuidados intensivos y lo primero que vino a su mente es que Dios siempre tuvo el control de todo lo que había y estaba sucediendo, el atacante, identificado como Kyle Odom, fue arrestado dos días después de haber arrojado papeles ante la Casa Blanca acusando al pastor de “ser parte de una conspiración alienígena”, ante esto la iglesia que lidera Tim respondió en oración por sanidad y perdón de Dios hacia el tirador.
Una semana después del accidente descubrieron que una de las balas había dejado un orificio en el colon del pastor, lo que tuvo que ser controlado con una colostomía mientras los demás oraban por sanidad absoluta, sobretodo su familia. Tres meses después del derrame, el pastor Tim regresó al púlpito de su iglesia, en donde testificó de todo el amor y la oración recibida de muchos en la congregación y de otras partes del país.
Su doctor, Bob Hollman, dijo que absolutamente el término cabe dentro del proceso vivido por el pastor, debido a como se recuperó de heridas tan graves. Constantemente el pastor Tim le escribe cartas de amor y perdón además de hablarle de Cristo a su agresor, quien ya está cumpliendo su pena en la cárcel.
«Dios me preservó, me salvó. Y fue un milagro. Un milagro absoluto», finalizó.
