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JESÚS RESCATA A HOMBRE INMERSO EN EL ALCOHOL Y EN PENSAMIENTOS SUICIDAS.

“Lo que me atrajo del cristianismo fue que el pastor me dijo: ‘Bruce, Dios puede darte un nuevo comienzo. Él puede quitar todos tus pecados y eliminarlos’. Pensé: ‘Si pudiera empezar de nuevo. Si pudiera tener una oportunidad, me gustaría’”, recuerda el hombre.

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Un nativo estadounidense que vivía en las calles, en el alcoholismo, y sin esperanza fue alcanzado por Dios,.

Bruce Plummer,  quien nació en una reserva indígena de la unión americana, llevó una vida rebelde, fue dominado por el alcoholismo, y tuvo pensamientos suicidas cuando tenía 21 años. En medio de una fuerte tormenta en Portland, Oregon, Estados Unidos, se estaba recuperando de una borrachera cuando comenzó a gatear en busca de refugio debajo de un pino. El árbol estaba en la propiedad de una iglesia, Bruce no se dio cuenta de esto hasta el día siguiente, en que observó a los vehículos entrar y salir del estacionamiento.

Estando bajo los efectos del alcohol, e incluso oliendo a sucio, Bruce ingresó al edificio y fue recibido calurosamente por el pastor. Minutos después, el pastor le ofreció una habitación para que pasara la noche allí, también le ofreció ropa limpia y alimento. Así fue como Bruce tuvo su primera experiencia con Dios. 

“Lo que me atrajo del cristianismo fue que el pastor me dijo: ‘Bruce, Dios puede darte un nuevo comienzo. Él puede quitar todos tus pecados y eliminarlos’. Pensé: ‘Si pudiera empezar de nuevo. Si pudiera tener una oportunidad, me gustaría’”, recuerda el hombre.

El pastor le dijo a Bruce que todo lo que tenía que hacer era arrepentirse de sus pecados. Le dijo que si hacía eso, Dios los llevaría tan lejos como está el Este del Oeste. Y así lo hizo Bruce, se arrepintió de sus maldades. Luego Bruce le dijo a Dios: “Voy a hacer un trato contigo. Si le pido a Jesús que entre en mi corazón, tienes que darme fe para creer eso. Quiero dejar de pecar; No quiero emborracharme más”. En ese momento, Bruce bajó la cabeza y le pidió a Jesús que entrara en su corazón.

Concluye su testimonio diciendo “cada mañana, cuando abro los ojos, comienzo con la misma oración: ‘Buenos días, Padre, ayúdame a caminar contigo hoy en mi vida. Gracias por tu amor, Tú gracia y tu misericordia, y la esperanza que tengo en Jesucristo, mi Señor y Salvador’”.

Publicado por Buenas Nuevas

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