En 2003 cuando los especialistas informaron a Mariame Boujlil, que Zachary, su primer y único hijo, era uno de los 166 casos recién diagnosticados con el Síndrome de Autismo, entendió que el reto en su vida sería ayudar a su hijo y a otras familias que tenían hijos con autismo; era vital que tanto ella como aquellos padres que desconocían del tema o no podían acceder a seguros médicos, pudieran seguir con los tratamientos.
En febrero de 2006, Boujlil, originaria de Marruecos, creó la Fundación “Alianza Mundial para las Familias y los Niños” (WAFAC, siglas por su nombre en inglés), y siete años después surgió “La Casa de los Ángeles Azules”, ambas con la finalidad de brindar un lugar donde las personas con Autismo, Síndrome de Down, y otras condiciones médicas especiales, puedan convivir, aprender a relacionarse, realizar diversas actividades y enseñar a esos jóvenes a ser miembros independientes y productivos de la sociedad.
Hoy Zachary tiene 18 años de edad, continúa aprendiendo y es parte de los miembros de WAFAC que se mantienen activos en la elaboración de galletas para mascotas, llevándolas al horno, luego empacar y colocar sticker en cada bolsa, los fondos recaudados por la venta de las galletas son destinados a la ampliación del hogar, para seguir ayudando a las familias.
“Independientemente de su origen o estatus legal, muchos niños especiales no pueden acceder a los servicios estatales de salud, por eso hemos pensado en este lugar, nuestras puertas se han abierto a una comunidad muy diversa: hispana, americana, árabe, africana, asiática, etc. Con perseverancia y fe en lo que creemos, nuestra organización va a atender a más de 100 familias afectadas por el autismo”, asegura la anfitriona de “La Casa de los Ángeles Azules”, situada en el 9000 Shadowood LN, Charlotte, NC, 28273