Por más de 40 días, ayunando y orando a Dios, una madre ucraniana y sus 11 hijos adoptivos pudieron sobrevivir a la guerra declarada por Rusia.
“Fue difícil y peligroso, pero todos los días nos despertábamos y agradecíamos a Dios que todavía estábamos vivos y podíamos adorarlo”, dijo Anya.
Naturales de Berdyansk, a 175 kilómetros de Kiev, epicentro de los primeros ataques en el mes de febrero, la familia fue evacuada gracias al grupo misionero de Orphan’s Promise, quienes atienden a huérfanos y personas abandonadas en más de 60 países, que brindan ayuda psicológica, medicinas, alimentos y una palabra de fe para reavivar la esperanza.
“No me preocupé, estaba en paz y en un lugar seguro. Dios estaba con nosotros y nos protegería”, manifestó uno de los chicos.
“Estaba orando a Dios y tenía esta paz en mi corazón. Estábamos unidos como una familia, por eso ya no tenía miedo”, dijo su otra hija, Llena de 18 años.