Especialistas de la medicina y la higiene del sueño, exponen una realidad, que quizás a primera vista algunos consideren “una contradicción”: ¡No es lo mismo dormir, que descansar!
EL descanso del ser humano, asociado a las horas de sueño, es clave para tener un sueño exitoso; algunos comparten que “luego de haber dormido al otro día se sienten más cansados, de mal humor e incluso rinden menos en sus tareas”. Un estudio reciente en el que participaron 100 adultos mayores, concluye que el número exacto para dormir son siete horas y media, es por eso que si uno tiene el hábito de intentar dormir hasta ocho horas por noche, la clave está, según estos investigadores, en comenzar por configurar la alarma del reloj despertador 30 minutos antes de las 8 horas previstas.
Siete horas y media es el “punto óptimo” para preservar el rendimiento del cerebro y contrarrestar la enfermedad de Alzheimer; los expertos reconocen que puede llegar ser complicado establecer buenos patrones de sueño, pero solo reconociendo que dormir lo suficiente es una función fisiológica esencial para el organismo, como respirar, comer o hidratarnos, descansar va mucho más allá: tiene que ver con nuestros hábitos, con la forma en que afrontamos el día, nuestras actitudes y lo que nos sucede.
El Sueño es una función que depende de una compleja actividad desarrollada por circuitos neuronales del cerebro, o sea de nuestras neuronas y sus conexiones, y posibilitar ese estado de descanso, de reposo, depende de las medidas previas que adoptemos; establecer una rutina de sueño, acostarse y levantarse regularmente a la misma hora, evitar las ingestas de alimentos tarde en la noche, los dispositivos eléctricos en los cuartos y crear un ambiente con la iluminación y la ventilación necesarias, le proporcionará muchos beneficios.
