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Sentimiento de culpa en las madres: ¿Una condición común?

Muchas veces las madres sienten culpa por varias situaciones, incluso por las que ellas no pueden evitar ante un evento dado; investigaciones en el área de la psicología apuntan a que muchas madres padecen esta condición, ya que la sensación de la maternidad y el sentimiento de culpa en algunos casos suelen aparecer aparejadas.

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Por lo general, el sentimiento de culpa no permite llegar al fondo de una situación determinada, ni es un buen precedente para corregir algún error; “arrastrar una culpa”, inicialmente no sólo no resuelve una situación de malestar, sino que además no permite corregir las posibilidades de evitar situaciones similares en un futuro. Muchas veces las madres sienten culpa por varias situaciones, incluso por las que ellas no pueden evitar ante un evento dado; investigaciones en el área de la psicología apuntan a que muchas madres padecen esta condición, ya que la sensación de la maternidad y el sentimiento de culpa en algunos casos suelen aparecer aparejadas.

Está claro que la maternidad despierta unos sentimientos de amor y de ternura más intensos que cualquier otra condición, también es verdad que los niños necesitan a sus madres para sobrevivir y desarrollarse. El punto es que de ese sentido de responsabilidad al sentimiento de culpa hay solo un paso, que muchas madres dan. Lo peor de todo es que algunas madres llegan a experimentar sentimiento de culpa prácticamente por todo. Si se quedan en casa cuidando de los niños, se culpabilizan por no ocuparse de sí mismas, si van a trabajar, piensan que están fallando a los pequeños, si los miman porque los mimaron, si no, porque no, incluso, cuando ya son adultos, siguen sintiendo que si algo anda mal en sus vidas es por su culpa.

Lo primero que debe pensar una madre es que no va a hacer su papel de manera perfecta, ni tendrá hijos perfectos, ni la vida perfecta, en la vida real, una madre, y todo ser humano, comete errores con frecuencia, lo cual es bueno porque de ellos que se aprende; de hecho, no siempre se aprende y tampoco es grave: solo es humano. Hay dos factores clave que toda madre debe tener en cuenta antes de alimentar el sentimiento de culpa, el primero es que nada le hará tanto bien a un hijo como tener una madre sana y feliz, y el segundo factor clave tiene que ver con comprender que la tarea de la crianza siempre es compartida. Hay que desterrar la idea de que la madre debe ser “el todo” en la vida del hijo. El padre del niño también juega un papel importante, así como los abuelos, los tíos, los maestros, etc. Lo ideal es saber distribuir esos espacios, evitando sentimientos de culpa muchas veces injustificados.

El sentimiento de culpa no arregla ningún problema, sino que tiende a empeorarlo; si los asuntos importantes se asumen con seriedad, no cabe la culpa, sino el sentido de responsabilidad. Este lleva a sopesar, evaluar, comprender y, a partir de ello, avanzar en aras de erradicar ese injustificado sentir.

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