La infancia es sinónimo de inocencia e ilusiones en nuestros hijos, y es nuestro deber como padres asegurar que sea una etapa sana en todos los sentidos: física, mental y emocional; lograr esta relación en nuestros hijos en cada una de sus etapas, les será de mucho beneficio.
Incorporarlos desde los primeros años de vida a hogares que sean funcionales y sanos emocionalmente, marcará de forma importante la pauta para relacionarnos con ellos en todas las etapas, por eso durante su infancia debemos enfocarnos en un relación basada en el amor, valores y límites desde el respeto y la obediencia. En estas primera etapas se forma la salud emocional de los niños, y es la relación con los padres la que deja una huellas de amor o dolor.
Los recuerdos de los niños son los que les marcarán de por vida, y es deber de los padres que estos recuerdos sean saludables, hay algunas cosas, que nunca saldrán de la mente de los hijos y según las huellas que queden en su memoria será así su estabilidad emocional y aptitudes ante la vida.
