EL Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es un patrón persistente que interfiere con el funcionamiento o desarrollo del niño o adolescente. Los especialistas lo definen como una serie de conductas y acciones, aunque la hiperactividad motora típica del trastorno disminuye con la edad. La psiquiatra Mónica González Santos, explica que la Inatención, la Hiperactividad y la Impulsividad, no son exclusivas para diagnosticar un TDAH, estos indicadores pueden variar o asociarse con una o con todas las manifestaciones.
Inatención: se traduce en dificultades atencionales, especialmente, en una dificultad para mantener el foco durante un mínimo de tiempo (concentración) y completar alguna actividad de manera efectiva, lo que demando la capacidad real de ignorar cualquier otro estimulo que sea capaz de distraerlo de la tarea a realizar. En casos de TDAH el síntoma de la inatención debe durar, como mínimo, seis meses. La hiperactividad es un aumento en el movimiento, el niño hiperactivo es inquieto y actúa muchas veces como algunos padres lo describe: “como si tuviera un motor dentro”. Por el contrario la impulsividad, aunque se agrupen conjuntamente, no se expresan igual, varia según los casos, y se define como la predisposición a reaccionar de forma inesperada, rápida y desmedida ante una situación externa, aunque en el caso de los adolescentes, este síntoma puede limitarse a estar inquieto.
Si sospecha que su hijo tiene TDAH, porque manifiesta algunos de los síntomas mencionados, lo mejor es pedir ayuda profesional para realizar una evaluación adecuada, y poder iniciar un tratamiento personalizado. Un psicólogo clínico o sanitario le administrará las pruebas y test necesarios para poder diagnosticar o no este trastorno del neurodesarrollo.