“Alabamos a Dios”, es el sentir común de los cinco sobrevivientes de un vuelo misionero, cuya avioneta se estrelló en un lago helado del suroeste de Alaska, el pasado sábado.
La aeronave, una Cessna 206, utilizada para misiones ministeriales se dirigía a la pequeña comunidad de Port Alsworth, en Levelock, hasta el momento del accidente. Austin McDaniel, portavoz del Departamento de Seguridad Pública de Alaska informó que las malas condiciones meteorológicas y la mala visibilidad impidieron que los equipos de la Guardia Costera de Estados Unidos y de la Guardia Nacional Aérea de Alaska llegaran con seguridad a la zona para recoger y transportar a las víctimas.
“La ayuda de los habitantes locales de Alaska dispuestos a ayudar, fue de gran valor”, dijo McDaniel. Los accidentados fueron trasladados a hospitales del área de Anchorage y se encuentran en condición estable.
