Negocios

Hoy te presentamos una de esas historias reales que ponen en alto uno de los más nobles sentimientos humanos: el amor.   

Durante el trayecto, vieron la cascada Silver, un salto de agua de 185 metros de altura enclavado en las montañas White, y se detuvieron para escalar la ruta de acceso y luego darse un chapuzón en un lago.

Published

on

Aaron Cole no podía negarse a una aventura, y su novia, Shelly Johnson, a dejar de acompañarlo; emprendieron un viaje de vacaciones en su auto desde New Hampshire hacia el Parque Estatal Baxter, en Maine. Durante el trayecto, vieron la cascada Silver, un salto de agua de 185 metros de altura enclavado en las montañas White, y se detuvieron para escalar la ruta de acceso y luego darse un chapuzón en un lago.

No tardaron en empezar a sortear las rocas a cada lado de la cascada de las paredes verticales que alcanzaban cinco metros de altura, y minutos después de haber iniciado el ascenso, ya cerca de la cima Aaron decidió atravesar la cascada, en un punto donde el agua caía sobre rocas cubiertas de musgo, pero casi sin darse cuenta resbaló y se precipitó con gran velocidad golpeando su cabeza contra una roca y desapareció. Shelly observó la escena por un momento, atónita; saltó al agua, logró encontrarlo y luego arrastrarlo hasta un lugar seco. Al ver que no respiraba, se inclinó y comenzó a darle respiración boca a boca, a la cuarta bocanada de aire, Aaron escupió agua, y su pecho empezó a subir y bajar. Volvió en sí, pero sólo unos segundos.

Quince minutos después llegó un socorrista en una ambulancia, pero carecía de preparación para administrarle un sedante al joven, lo que era necesario para poder insertarle un tubo de respiración. No podía transportarlo sin el tubo porque había riesgo de que dejara de respirar en el camino. Entonces llamó a un paramédico para que los ayudara. “Quédate conmigo”, le decía Shelly una y otra vez a Aaron, “Quédate conmigo”. “Te amo. Quédate quieto”.

Una vez en el hospital, llevaron al joven a la sala de guardia. Luego de revisarlo, los médicos solicitaron un helicóptero para trasladarlo al Centro Médico Dartmouth-Hitchcock, en Lebanon, a fin de que lo examinara un neurocirujano. Los médicos mantuvieron a Aaron en coma inducido durante dos días con la esperanza de que cediera la inflamación cerebral. No sabían en qué condiciones estaría al despertar. Cuando salió del coma, Shelly seguía a su lado. Un médico le pidió a Aaron que moviera los dedos de los pies, y él obedeció. Entonces su novia le hizo una señal con los dedos: alzó uno, luego cuatro y después tres; era su manera de decir “Te amo”. Al ver la señal, Aaron alzó la mano y repitió la secuencia. Entonces Shelly soltó un respiro de alivio.

Aaron no sólo se libró de un daño cerebral, sino que se fue a su casa sin más huellas de lo ocurrido que cicatrices en el antebrazo, una pierna y la frente. No recuerda mucho de lo que pasó luego de resbalar en la cascada, pero sí se acuerda de que Shelly no lo abandonó. “Creo que después de esto seremos un poco más cautelosos, ya no quiero ser tan temerario”, dijo Aaron. Shelly aún no se explica cómo bajó a su novio de la montaña: “Por más que lo pienso, no tengo la menor idea de cómo lo hice. Definitivamente, siento que existe un poder con mucha más fuerza que la mía”.

Click to comment

Más Vistos

Exit mobile version