Probablemente, situaciones, noticias o panoramas inesperados, podrían de repente acaparar su atención, y dejar esa sensación de desanimo, lo que algunos dicen “tirar la toalla”, el desafío no debe está en su situación, sino en la manera en que usted la enfrenta. Diversos estudios en el campo de las ciencias sociales efectuados por la Escuela de Medicina de Boston destacan las bondades del optimismo, esa actitud que podemos elegir frente a las situaciones del día a día, que nos hace vivir más y mejor, entre un 11% y un 15% más que los menos optimistas, según esta universidad.
Según Eric Kim, codirector de una investigación publicada en la revista American Journal of Epidemiology, estudios en gemelos “sugieren que hasta el 25% del optimismo puede ser genético o heredado, lo que implica que hasta un 75% es modificable”, es decir, el margen de maniobra es grande, así que si queremos despejar “esa nube negra que pende sobre nuestras cabeza”, estas recomendaciones pueden ayudarte:
1 – Reconoce tu problema, el primer paso es tomar conciencia de ello, quizás no sea tan grande como pensaba. El primer paso es desarrollar un patrón de pensamiento y análisis de frases como: “a mí siempre me pasa esto, es mi culpa, o me voy a sentir siempre así, cada vez que pasa algo malo”.
2 – Practique la gratitud, un ejercicio que recomiendan muchos psicólogos es manifestar nuestra gratitud por las cosas buenas que tenemos. Tomar conciencia de las cosas positivas que existen en nuestra vida nos hacen sentir más esperanzados de que habrá cosas positivas en el futuro.
3 – Haga lugar a la desilusión, un aspecto importante para ser lo que llaman un “optimista realista” es reconocer que algunas cosas saldrán mal, no se trata de pensar que cada día va a ser perfecto, sino de saber que en la vida sucederán también cosas malas, pero es bueno “decirnos a nosotros mismos que seremos capaces de lidiar con lo que nos ocurre, en vez de preocuparnos de las cosas malas que puedan ocurrir”.
4 – Reconozca lo que pasa y no puede controlar, si bien hay mucho espacio en torno a lo que podemos hacer respecto a nosotros mismos, es cierto que a veces es difícil no perder el optimismo frente a lo que pasa en el mundo, y es completamente ajeno a nuestro control. Es humano tener sentimientos negativos, pero también es importante recordar que si no contribuimos a mejorar nuestras propias emociones, eso terminará impactando en la manera en que nos presentamos al mundo.
