Familia

Las redes sociales afectan más a la salud mental de las niñas.

Las generaciones más jóvenes son algo más que auténticos nativos digitales. Niños y niñas de 10 y 11 años se convierten de manera temprana en adictos al móvil. Casi sin darnos cuenta, les ofrecemos un recurso tecnológico de gran poder

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Ansiedad, trastornos del sueño, depresión y trastornos de la conducta alimentaria (TCA)… Según un estudio reciente, las redes sociales afectan más a la salud mental de las niñas, y son ellas las que evidencian en mayor grado este tipo de condiciones. Lo más llamativo, por no decir estremecedor, es el hecho de que estos problemas aparecen ya entre los 11 y los 13 años.

Las generaciones más jóvenes son algo más que auténticos nativos digitales. Niños y niñas de 10 y 11 años se convierten de manera temprana en adictos al móvil. Casi sin darnos cuenta, les ofrecemos un recurso tecnológico de gran poder sin enseñarles primero a hacer un buen uso del mismo. Porque esa es la clave, ese el auténtico problema: la mala utilización de estos dispositivos. Los adultos no supervisamos, no educamos en un área que sea trascendente para su desarrollo social, mental y emocional. A día de hoy, tenemos a preadolescentes que duermen muy pocas horas por las noches porque pasan esas horas nocturnas en línea.

La Universidad de Essex y el University College London publicaron un estudio en The Lancet. En este trabajo aportaron evidencias que respaldaban la hipótesis de que las redes sociales afectan más a la salud mental de las niñas. Más tarde, en el 2011, cuando Facebook adquirió Instagram, se realizó una investigación similar. Mark Zuckerberg y su equipo querían conocer qué impacto podía tener el uso de esta red social entre la población. Los datos obtenidos se mantuvieron en secreto hasta que el The Wall Street Journal los publicó (para sus suscriptores) hace solo unos meses. META tenía datos que apoyaban la hipótesis de que el uso intenso de Instagram provoca que las adolescentes se sientan cada vez más inseguras e infelices.

Duermen menos horas de las necesarias. La Academia Americana de Pediatría niños y adolescentes establece las siguientes pautas de sueño entre los niños y adolescentes: entre los 6 y los 12 años, es recomendable que duerman entre 9 a 12 horas diarias. Entre los 13 y los 18, entre 8 y 10 horas. Bien, el trabajo de The Lancet indica que las niñas de entre 11 y 14 años duermen entre 5 y 7 horas.

Chicas que “aprenden” de manera temprana a odiar su cuerpo. Lo rechazan porque no encaja con esos modelos supuestamente “normativos” que aparecen en la publicidad, redes sociales, cine, etc. Entre los 10 y los 11 años evidencian ya inseguridad corporal, rechazan un cuerpo aún no desarrollado y ven defectos donde no los hay. Asimismo, inician esa conducta de comparación social en la que siempre se perciben en desventaja.

El buen uso de las redes sociales pasa siempre por usarlas cuantas menos horas mejor y aplicando un pensamiento crítico. No todo lo que hay, dicen y nos muestran en ese escenario es real ni saludable.

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