Se les denomina “gente toxica” a aquellas personas que sin que lo parezcan, inundan el ambiente de emociones negativas, manipulan todo, e inconsciente crean en los otros estados emocionales negativos intensos y cierta sensación de no poder hacer nada. Lamentablemente muchas veces, podremos rodearnos de personas tóxicas, que pueden aparecer en cualquier lugar, incluso en nuestros ambientes de trabajo, de estudio o a nivel de cualquier relación interpersonal.
Las personas tóxicas tienden a transformar todo, rompen con la comodidad y comienzan a generar conflictos con otros compañeros, llegando a afectar considerablemente la eficiencia del trabajo. Los “tóxicos” se victimizan por absolutamente todo, generan conflictividad a nivel laboral y personal, hablan todo el tiempo de cosas negativas, expresan comentarios auto-reflexivos con el afán de criticar o quejarse de algún error, menosprecian o dudan de las capacidades de otros, y critican o culpan a los demás como los responsables de toda situación, en otros palabras: “todo está mal, menos ellos”, “todos son culpables, menos ellos”.
¿Qué hacer?.
Es necesario establecer límites, son necesarios, las personas tóxicas tienden a sobrepasarlos y a no importarles, por lo tanto es de suma importancia tener la autodeterminación para establecerlos, expresar cuáles son los comportamientos y actitudes aceptables para nuestro entorno, rechazar los comentarios negativos o los rumores hacia los otros compañeros, o distanciarse de dichas personas diciendo “¡basta!” cuando ya es suficiente.
