En la mayoría de las situaciones, los productos químicos nos facilitan la vida y no estamos preparados para prescindir de ellos, pero quizá deberíamos limitar nuestra exposición a tantos químicos.
Aquí te dejamos algunos consejos para que puedas poner en práctica
- Elimina el polvo una vez por semana de los muebles de la casa para evitar que se acumulen sustancias tóxicas que podemos respirar.
- Ventila las habitaciones de tu hogar familiar al menos dos veces al día.
- Si has comprado algún mueble nuevo (es muy normal que hayas adquirido mobiliario para la habitación de tu bebé), airea la casa con más motivo y, sobre todo, durante más tiempo.
- Trata de no permanecer cerca de dispositivos electrónicos, preferiblemente durante el momento de irte dormir.
- Evita estar en contacto con pinturas, latas de aerosol y tintes para el cabello.
- Busca perfumes sin cosméticos. Y, en cuanto a los pintalabios, los lápices de ojos o pintauñas, debes saber que muchos tienen plomo.
- No abuses de las colonias durante esta época tan maravillosa de tu vida.
- Reduce, siempre que puedas, el consumo de alimentos en lata o en bolsas de plástico (contienen Bisfenol A).
- Lava bien las frutas y verduras antes de cocinarlas e intenta no utilizar sartenes antiadherentes (contienen pfoas).
- Nada de alimentos con conservantes, ni colorantes, ni aditivos.
- Limpia bien las cucharas, tenedores y cuchillos nuevos antes de usarlos.
- Cuidado con el agua del grifo, ¡puede contener detergentes o metales pesados que no somos capaces de asumir durante el embarazo! Para ello se recomiendan los filtros de ósmosis inversa, que filtran este tipo de sustancias.
- Toma solo medicamentos y suplementos alimenticios en consulta con tu médico.