Los seres humanos, gracias a Dios, tenemos la capacidad de establecer el pensamiento critico, cualidad que nos permite reflexionar, analizar, interpretar y evaluar situaciones de la vida diaria. En tiempos actuales donde la “presencia” del Coronavirus se ha impuesto de varias formas en nuestro diario vivir, se torna fundamental aplicar este tipo de pensamiento.
Reflexionar sobre cómo podemos “sobrevivir” en todas las áreas de la vida a la pandemia y sus efectos, en aras de interpretar el contexto y nuestra forma de actuar, fortalecerá nuestra salud mental, comportamientos y la toma de decisiones, a fin de comprender y controlar las emociones. La lucha contra la dependencia o necesidad emocional de espacios, actividades o compañías, capaces de alterar nuestro estado de ánimo (asociado a emociones positivas), en medio de restricciones, confinamientos o ausencias, evitará en nosotros emociones de insatisfacción, de angustia y, en muchas ocasiones, de ansiedad o tristeza, mezclada con el aburrimiento que para algunos resulta insoportable.
Esto permitirá apreciar las cosas buenas de nosotros mismos y disfrutar de las diferentes actividades que nos permite el actual contexto; distinguir nuestras circunstancias reales de las virtuales (imaginadas, deseadas), elegir quiénes queremos ser sin falsificar perspectivas o circunstancias, nos ayudará a aprender y pensar sobre lo que es importante para nuestra felicidad.
