Desde los últimos años un panorama emocionalmente inestable ha marcado la vida de muchas personas; distanciamiento social, duelos, despedidas, y renuncias en otras, han estado acompañando los días de unos y otros que se empeñan en regresar progresivamente a la normalidad en todas las esferas de la vida en sociedad. Un estudio realizado a mil adultos estadounidenses durante la pandemia arrojó que el 48 por ciento de los adultos y el 55 de los trabajadores dijeron que en noviembre de 2020 esperaban que el civismo en Estados Unidos mejorara, lo que, para el mes de agosto del mismo año, descendió al 30 por ciento en general y al 37 por ciento entre la fuerza trabajadora.
El estudio reveló además que las personas que no tenían que trabajar con clientes directamente eran más felices que aquellos que sí interactuaban directamente con los consumidores, dada una “exposición prolongada a sentimientos y emociones negativas” por parte de los consumidores de bienes y servicios.
“La pandemia ha dado permiso a muchas empresas para reducir su enfoque en la calidad de la experiencia que brindan al cliente”, expresó Jon Picoult, el fundador de Watermark Consulting, una firma de consultoría sobre servicio al cliente.
Ante tal panorama se trata de mantener la calma y el respeto en las relaciones interpersonales, provocando que sean sanas y edificantes, ser corteses, respetar las reglas, y actuar en consonancia con el bienestar común, siguen siendo la clave, por encima de las dificultades del tiempo presente. No deje espacio a la ira y a la frustración, cree para usted mismo y su entorno un ambiente permisiblemente sano.
