Salud y Vida

¿Es normal que nuestros hijos no quieran prestar sus juguetes?.

Los niños de entre 2 y 7 años pasan por una etapa egocéntrica en la que es totalmente normal que piensen en sí mismos, y les cueste trabajo ver las situaciones desde el punto de vista de otras personas, para ellos, lo que están viviendo y su forma de percibir las cosas es la realidad de todos.

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“Como es su muñeca favorita, mi hija no la quiso prestar, y debo confesar que no había forma de hacerla sentir empatía por la otra niña, lo cual me frustró mucho, pues la pequeña se entristeció y se alejó”.

Comentarios como los de esta madre, comparten preocupaciones similares porque nuestros hijos no quieren compartir sus pertenencias, lo que causa malestar obviamente tanto en sus compañeros de juegos, como en las familias en general; un comportamiento similar, puede aparecer incluso en etapas posteriores de la vida, cuando algunos jóvenes y adultos prefieren no compartir ciertos artículos, sin embargo especialistas en el comportamiento humano, refieren que ambas actitudes son muy normales y comunes. Los niños de entre 2 y 7 años pasan por una etapa egocéntrica en la que es totalmente normal que piensen en sí mismos, y les cueste trabajo ver las situaciones desde el punto de vista de otras personas, para ellos, lo que están viviendo y su forma de percibir las cosas es la realidad de todos. El egocentrismo en la infancia es una parte normal del ser humano, y forzar la empatía sencillamente no funciona, pues su cerebro aún no está listo para comprender los sentimientos de otros, tampoco hay una fórmula mágica ni un manual para apresurar su desarrollo.

 La empatía se va desarrollando con el tiempo, por lo que es importante hablar con los niños de los propios sentimientos, y ayudarlos a ponerles nombre, identificarlos y expresarlos cuando lleguen, porque definir emociones como el enojo y la tristeza no está mal, lo que no está bien es lastimar a otros a causa de nuestras emociones. Los psicólogos recomiendan desde las primeras etapas no decirles: “no te enojes”, en cambio puede decirles: “veo que estás enojado, ¿cómo puedo ayudarte? ven, vamos a platicar”; de esta manera nuestros pequeños podrán ver la emoción, identificarla, saber que no está mal sentirse así, pero tratar de buscar una solución, con la ayuda de sus padres y cuidadores. Compartir y sentir empatía son actitudes que nuestros hijos comprenderán con el tiempo y la convivencia con sus iguales, ya sean hermanos, primos o compañeros de escuela.

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