El cuidado de nuestra salud debe ser, en todo momento, una prioridad fundamental para alcanzar calidad de vida, de nosotros depende el mantener un equilibrio para obtener un bienestar integral en nuestro día a día. El cuidado y la prevención de las enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes, hipertensión, obesidad y algunos tipos de cáncer son parte de los retos que a diario enfrentamos cuando pensamos en calidad de vida.
La salud integral es la meta del desarrollo humano, el estado de bienestar ideal y solamente lo alcanzamos cuando existe un equilibrio entre los factores físicos, biológicos, emocionales, mentales, espirituales y sociales, que permiten un adecuado crecimiento y desarrollo personal y familiar.
Hoy te compartimos sencillas acciones que podemos realizar para conseguir ese bienestar mental y físico que nos permita vivir de forma plena:
– Combatir el sedentarismo; tomar pequeñas caminatas, paseos en bicicleta y una adecuada rutina de ejercicios, tonificaran y oxigenaran tus músculos y tejidos favoreciendo los procesos circulatorios, osteomusculares y de respiración.
– Establecer rutinas y horarios; actividades fuera de su tiempo optimo no benefician nuestra plenitud, todo lo contrario, desestabilizan nuestro cuerpo, provocan el abandono de otras tareas y hasta terminan alterando nuestro ciclo del sueño. Un esquema siempre ayuda a pensar de forma ordenada, los horarios recomendados y las rutinas establecidas hacen en nuestras vidas una dinámica más satisfactoria, regulada, evitando el estrés y sobre carga de tareas.
– Por último, dedique un horario regular al descanso, la meditación, la oración, comparta el estudio de la palabra de Dios con amigos y familiares. Cultivar un corazón agradecido y dependiente del Dios vivo y creador es una excelente forma de preservar calma y confianza en nuestra salud anímica y psicológica.
