Desde finales de la década de 1950 se realizan estudios sobre el consumo de los suplementos de Melatonina, cobrando especial vigencia desde los últimos años, en pacientes en general que depositan en ella sus expectativas en el tratamiento para conciliar el sueño; sin embargo los investigadores recomiendan de primera instancia consultar a su médico o a un especialista del sueño antes de tomar Melatonina, porque el suplemento no incide sobre otros problemas de salud que pueden estar perturbando el sueño, como la ansiedad, la depresión, la apnea del sueño, u otros trastornos que pueden requerir tratamiento médico.
“La Melatonina tiene algunos usos clínicos, pero no en la forma en que es comercializada y usada por la gran mayoría del público en general”, afirma Jennifer Martin, psicóloga y profesora de medicina de la Universidad de California en Los Ángeles.
Comparada con la mayoría de otras píldoras para dormir, el perfil de efectos secundarios es “mucho mejor”, y no va a ser adictiva, pero médicos especializados en terapia del sueño instan a las personas con insomnio crónico a buscar una terapia cognitiva conductual, un tratamiento psicológico a corto plazo que puede ayudar a identificar la raíz del problema. Otras medidas como evitar los dispositivos electrónicos cerca de la hora de dormir ya que la luz que reflejan en las pantallas pueden dificultar la producción natural de
Melatonina, la meditación, las duchas calientes, las habitaciones frías, con poca luz, y renunciar a la cafeína y otras bebidas efervescentes pueden ser elementos a considerar.
