En comparación con los hispanos de primera generación nacidos en otros, aquellos nacidos en Estados Unidos revelaron un perfil cardiometabólico en sangre desfavorable, que está relacionado con obesidad, diabetes, enfermedad hepática crónica y asma, según conclusiones presentadas el jueves pasado en el congreso Epidemiología, Prevención, Estilo de Vida y Salud Cardiometabólica de la American Heart Association en Boston. Los latinos nacidos en EEUU mostraron niveles altos deperfil cardiometabólico asociado con un mayor riesgo a enfermedades:
22% más de riesgo de diabetes.
16% más de riesgo de obesidad grave.
15% más de riesgo de enfermedad renal crónica.
42% más de riesgo de asma.
La diferencia del estado metabólico entre ambos grupos se debe principalmente a un cambio de los patrones alimentarios, específicamente a adoptar la alimentación occidental, explicó Yang Li, investigador de la Facultad de Medicina Albert Einstein de Nueva York y autora principal del estudio. Problemas de salud relacionados con la alimentación también persiguen a los latinos. Más del 40% de los adultos hispanos en EEUU padecen obesidad, según la actualización estadística de la AHA publicada en enero.
Casi el 12% de los adultos hispanos habían sido diagnosticados con diabetes a partir de 2019, muestran los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Según Mónik Jiménez, epidemióloga del Hospital Brigham and Women’s de Boston, las diferentes experiencias sociales entre las personas que permanecen en sus países de origen y las que están en EEUU, y entre generaciones, tienen un rol importante en el desarrollo de enfermedades. Un estudio publicado en 2018 sugiere que la dieta de los latinos se deteriora con la emigración a EEUU, lo que conduce a una mala salud. Como este hay muchos más, pero, no hay pruebas concluyentes de los motivos.
Investigadores de un estudio publicado en la Revista de Salud y Comportamiento Social analizaron datos de la Encuesta a Nuevos Inmigrantes y concluyeron que los niveles más drásticos de cambio en la dieta se asociaron con medidas más elevadas del índice de masa corporal. El aumento de la generación desde la inmigración, la duración de la residencia en EEUU y otras medidas de mayor aculturación también se asocian con dietas más pobres en arroz, legumbres y frutas y más ricas en azúcar y bebidas azucaradas. El estudio de Li “ayuda a comprender cómo el cuerpo humano manifiesta los cambios en el entorno social, en la nutrición y el estrés”, afirmó Jiménez, quien también es profesora adjunta de la Facultad de Medicina de Harvard.
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