Salud y Vida

Menú semanal. Cómo planificar las comidas de cada día.

Para utilizar realmente lo comprado y hacer efectivo el menú previsto en la mente al momento de la compra, al llegar a casa con alimentos intenta lavar o blanquear verduras, así como organizar carnes y pescados frescos en porciones para después congelar.

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Nuestras energías ya están por los suelos, tienes hambre, estás cansado, pero aún queda mucho por hacer y… ¿y que comemos? Para utilizar realmente lo comprado y hacer efectivo el menú previsto en la mente al momento de la compra, al llegar a casa con alimentos intenta lavar o blanquear verduras, así como organizar carnes y pescados frescos en porciones para después congelar. 

Intenta lavar hojas verdes, apio y otros vegetales o frutas y conservarlos limpios y ya listos para usar en el refrigerador. Mientras que, con brócoli, coliflor, judías verdes, remolachas u otros que consumimos cocidos, primero blanquear o cocinar al vapor y después conservar en recipientes cerrados en la nevera. Las carnes frescas y pescados comprar fileteadas y simplemente fraccionar para meter en el congelador y conservar hasta su uso para una comida concreta. Todo esto, si bien requiere de cierto tiempo, no suele demandar más de 30 minutos de un par de días, y agiliza notablemente el proceso de cocinar a lo largo de la semana. Un truco que funciona muy bien es el decidir qué tipo de alimento será el destacado cada día de la semana, por ejemplo:

· Lunes, verduras.

· Martes, pescado.

· Miércoles, verdura.

· Jueves, carne.

· Viernes, hidratos.

· Sábado, carne.

· Domingo, legumbre.

Elige los platos que vas a cocinar. Organízalos según el tiempo que tengas disponible por día o, directamente, el orden de preparación para hacer una sesión completa de batch cooking para toda la semana.

Algunas ventajas de planificar tus comidas de la semana:

· Ahorras tiempo pensando en qué comer cada día.

· De un vistazo, puedes saber si estás incluyendo una alimentación variada semana a semana.

· Ahorras dinero. No te hace falta comprar cosas que no vas a utilizar, sino aquello que te hace falta para completar las recetas planificadas.

· Desperdicias menos. Y esto también te ayuda a ahorrar dinero. Porque evitas que las frutas o verduras se estropeen o que los lácteos caduquen.

· Puedes comer más sano. Con antelación, puedes saber qué tipo de comidas quieres preparar o calentar ese día. Cocinar con hambre, a veces significa tirar de lo que haya o lo que encuentres en la tienda de ultramarinos (o almacén o tienda del barrio) para meter en el horno o microondas y listo. ¿Pizza congelada? ¿Ultraprocesados para freír y ya está?



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