Según reportes históricos, los papiros encontrados en Egipto, en los años 1500, mostraban ya referencias sobre la aparición de la diabetes. La Asociación Americana de la Diabetes (ADA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), contemplan a la diabetes entre las edades infantiles relacionadas con el mal funcionamiento del páncreas y un inadecuado estilo de vida y alimentación en la población, por lo que cada 14 de noviembre se dedica como el día para crear conciencia mundial sobre este padecimiento y cómo prevenirla.
De acuerdo a algunas estadísticas clínicas, la diabetes infantil es la segunda enfermedad crónica más común en la infancia y afecta a uno de cada 500 niños en Estados Unidos; la vida sedentaria y la mala alimentación en los niños, ha conllevado a un incremento de diabetes tipo 2 en la población infantil mundial, por lo que hablar de prevención es muy importante para concientizar y tomar acción para una crianza positiva y saludable. Los niños que la padecen, suelen desarrollarla entre los cinco y los siete años de edad y los síntomas más evidentes y comunes son la sed excesiva, la poliuria (orinan con frecuencia), pérdida repentina de peso, irritabilidad, visión borrosa, náuseas, calambres musculares, e infección por hongos entre otros.
El endocrinólogo pediatra es el especialista indicado para el seguimiento y tratamiento de la enfermedad, que se puede tratar con dosis diarias de insulina vía intravenosa (insulino dependientes), y en otros casos adoptando estilos saludables para mejorar la calidad de vida. Controlar los niveles de ingesta de azucares, carbohidratos, alimentos procesados, gaseados o enlatados en general, alentar a nuestros niños a incorporar rutinas físicas y aplicar métodos de relajación, están entre las principales recomendaciones.