Salud y Vida

Poner límites emocionales es de vital importancia para tu salud mental.

En el momento en que hablamos de emociones se entremezclan muchas otras dimensiones. Somos conscientes de que se ha sobrepasado nuestro límite emocional, pero sin embargo necesitamos de dicho empleo para seguir subsistiendo. Para mantener una familia. ¿Qué podemos hacer?

Published

on

Uno puede estar viviendo una situación con un alto nivel de estrés y ansiedad, y no aparentar exteriormente excesivo padecimiento, pero por dentro, el sufrimiento vital nos va quebrando.
No solo nuestra salud física se resiente, siendo más vulnerables a todo tipo de enfermedades, sino que además, nuestro autoconcepto empieza a distorsionarse.
 
¿Cómo saber cuándo se sobrepasa el límite emocional?
No es algo sencillo. En el momento en que hablamos de emociones se entremezclan muchas otras dimensiones. Somos conscientes de que se ha sobrepasado nuestro límite emocional, pero sin embargo necesitamos de dicho empleo para seguir subsistiendo. Para mantener una familia. ¿Qué podemos hacer?
 
El nivel de estrés al que llegaremos afectará directamente a nuestra salud, e incluso a nuestras relaciones familiares: menos tiempo, menos calidad de vida…
Pongamos otro ejemplo: Una relación afectiva, una relación tóxica, somos manipulados por una persona que antepone sus necesidades a las nuestras, que ejerce el chantaje emocional y que nos sume en un carrusel de altibajos donde nunca sabemos a qué atenernos.

Y tú, ¿sabes dónde está tu limite emocional?
Debemos saber poner unos límites y para ello nada mejor que conocernos a nosotros mismos. ¿Qué es lo que nunca soportaría? ¿Ser manipulado, ser engañado, la soberbia de otras personas? El conocer nuestras fortalezas y debilidades nos ayudará a establecer límites.
Otro aspecto esencial es darlos a conocer. Si yo por ejemplo no soy capaz de decir “no” en una situación puntual, seguramente poco a poco la montaña acabe haciéndose más grande y el problema insuperable.

En nuestras relaciones afectivas es primordial que demos a conocer aquello que no nos gusta y que no estamos dispuestos a permitir: las malas palabras, la falta de respeto, la falta de diálogo, la manipulación o el chantaje.

Si no informamos de lo que no queremos, la otra persona en ningún momento sabrá a qué atenerse. Es una necesidad, es algo saludable y necesario. Lo mismo ocurre con los niños, si no les damos pautas para el control de sus emociones, serán incapaces de gestionar sus miedos, sus rabietas y sus ansiedades.
Todo tiene un límite. Todos tenemos un límite, y dentro de él está la correcta convivencia, y el equilibrio de nuestra felicidad.


Y tú, ¿Sabes dónde están tus límites emocionales?

Click to comment

Más Vistos

Exit mobile version