Paradójicamente, son aquellos aspectos que más nos gustan de la temporada estival los que pueden convertirse en nuestros peores enemigos a la hora de descansar. Entre los principales se encuentran los siguientes:
Más horas de luz
Esto, si bien nos permite disfrutar de más tiempo de ocio al aire libre, puede afectar a la producción de melatonina. Normalmente, la producción de melatonina comienza a aumentar a medida que disminuye la luz ambiental, indicándole al cuerpo que es momento de dormir.
Altas temperaturas
La temperatura ambiental ideal para descansar correctamente se encuentra en torno a los 64 -69 °F. Cuando el entorno supera los 79 °C, conciliar el sueño y obtener un descanso de calidad se vuelve realmente complicado. Además, si optamos por abrir las ventanas para regular la temperatura, nos exponemos a ruidos ambientales y a un exceso de luminosidad que pueden entorpecer el descanso.
Falta de ejercicio físico
Se ha demostrado que la práctica de ejercicio físico es una excelente aliada para combatir el insomnio y mejorar la calidad del sueño.
Hábitos desordenados y falta de rutinas
Nos acostamos y nos levantamos más tarde que de costumbre y no seguimos unos horarios fijos. Esta falta de orden puede hacer que nuestro organismo no sepa bien cuándo es momento de descansar y cuándo de estar activos.
¿Cómo combatir el insomnio en verano?
- Existen ciertas medidas que podemos tomar para combatirlo:
- Ventilar y refrescar la habitación antes de dormir.
- Practicar actividad física de forma regular y evitar el sedentarismo.
- Procurar seguir una rutina y unos horarios estables.
- Las siestas no deben superar los 30 minutos de duración.
- Evitar el consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias estimulantes durante las horas previas al sueño.
No siempre es posible aplicar con rigurosidad las anteriores pautas; sin embargo, procura hacerlo en la medida de lo posible. Esto te ayudará a combatir el insomnio de verano, descansando mejor y gozando de mayor energía y ánimo durante el día.