Se denomina Nomofobia al uso inadecuado que nuestros hijos hacen de los teléfonos y dispositivos móviles en general; su principal manifestación es notoria cuando éstos se utilizan inadecuadamente a punto de poder “eliminar” otras tareas, provocar un enfado si se prohíben usar, o cuando limitan las interacciones sociales de niños, jóvenes y adolescentes. Observaciones y estudios realizados por personal de salud, indican que existe una gran relación en torno a la restricción del uso del móviles, la mejoraría de los resultados escolares y el fortalecimiento de las relaciones interpersonales, lo cual influye positivamente en su crecimiento.
El primer paso que debemos dar es explicarle a nuestros hijos que vamos a utilizar menos el móvil, podemos intentar salir a la calle, estar en entornos recreativos o deportivos, es aconsejable disfrutar un tiempo de caminatas al aire libre, evitar el estímulo visual de estos equipos, es decir, no tener el móvil a la vista del niño y dedicar más tiempo a interactuar con él. Ofrecer alternativas incompatibles, por ejemplo, cualquier actividad en la que deba tener sus manos ocupadas, (dibujar, trabajar la plastilina, realizar ejercicios físicos), leer un cuento y ayudarle a imaginar la historia, les ayudaran a superar esa dependencia.
Un niño dependiente de un dispositivo móvil se sentirá bien y fortalecerá su confianza, con el afecto y con el juego con sus padres, es importante que puedan asociar el tiempo de calidad entre padres e hijos, con esos momentos de disfrute sin la necesidad de dispositivos electrónicos.
