Las vacunas son complementos relacionados con nuestros niños, casi en todas las etapas de la vida, aunque quizás para algunos acrecentadas ahora en tiempos de Coronavirus. Cuando el temor a las agujas se convierte en un miedo irracional se considera fobia, y esta se llama “Tripanofobia” y supone un problema real en los niños.
Cuando su hijo experimente este temor, no lo minimice, póngase en su lugar, lo está sintiendo de forma muy real, jamás lo censure ni en público ni en privado, esto le haría sentir peor. Valide su emoción, es mejor decirle verdades como que duele un poco pero es rápido y se pasa enseguida; explíqueles por qué es importante vacunarse, bríndele la seguridad emocional que requiere, en todo momento el pequeño debe sentir apoyo y seguridad. Acompañarle durante todo el proceso como padres, mostrarnos tranquilos, en calma, y mantener el contacto físico con ellos les proporcionará el alivio necesario.
En el caso de que crea que el miedo que tiene su hijo a las agujas se ha convertido en una fobia, entonces es fundamental consultar a un especialista para superar el problema que acarrea su hijo.
