El uso de las tecnologías resulta primordial para desarrollo de la sociedad, múltiples usos en el campo de la investigación, de la medicina, de la producción en general benefician nuestro día a día, sin embargo, cuando estas determinan nuestro crecimiento personal, sí representan un inconveniente.
Estudios recientes confirman que una de cada cuatro personas padece un problema relacionado con el abuso de las nuevas tecnologías, jóvenes, en edad económicamente activa fundamental. Los adictos a las nuevas tecnologías, Internet, móviles o videoconsolas, entre otros, experimentan aislamiento social, gasto incontrolado, depresión, ansiedad; algunos indicios que pueden ayudar a reconocer estas consecuencias negativas son por ejemplo, los cambios de humor, dificultades para enfrentarse a problemas y encontrar soluciones, dependencia emocional, baja autoestima, falta de habilidades sociales, el descuido de las tareas, el descenso del rendimiento académico, laboral y el desinterés en general.
Hay personas que debido a su personalidad son más propensas que otras a caer en estas adicciones, las redes sociales y el chat permiten a personas tímidas relacionarse más fácilmente, ya que pueden mentir sobre sí mismos y vencer su miedo a conocer gente nueva. El tratamiento que mejor funciona para estas adicciones es alejarse por completo de aquello que provoca adicción, aunque en el caso de las nuevas tecnologías puede resultar más difícil de conseguir, ya que continuamente son necesarias casi para cualquier cosa por ejemplo en el trabajo o para comunicarse. No existe una “receta infalible” para luchar contra esto, pero asumir la necesidad de la intervención de un especialista, tomar consciencia y generar un cambio y control de nuestras emociones nos conducirán al bienestar. La mejor manera de abordarlo es con responsabilidad, disciplina y autocontrol.
