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Invalidación emocional: ¿Cómo nos afecta?

La invalidación es uno de esos daños silenciosos que nos podemos causar unos a otros. Silenciosos porque lo hacemos con frecuencia de manera inconsciente o porque nos lo hacen sin que nos demos cuenta, pero, ¿qué es la invalidación emocional?

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La invalidación emocional ocurre cuando alguien minimiza o desprecia las emociones propias o de otra persona; Una valoración que imposibilita la empatía  y hace muy difícil que pueda aportar algún tipo de ayuda emocional efectiva.

Es muy común que suceda cuando expresamos emociones negativas. Muchas personas tienen dificultad para lidiar con el malestar de los otros, les incomoda, les abruma y no saben qué hacer con él, por lo que optan por invalidarlo. Algunas de las frases que mejor ilustran esa invalidación emocional son las siguientes:
 
· “¿Estás preocupado por eso?”, “eso no es para tanto” o “por eso no se llora”.
· “Tienes que ser fuerte”.
· “Ya está, no ha pasado nada”.
· “Yo viví cosas peores”.
· “No le des vueltas, sé más positivo”.
· “Eres un dramático y un exagerado” o “solo buscas llamar la atención”.
· “Ya no estés triste, sal a divertirte”.
 
Las consecuencias de la invalidación emocional
La afectación más grande tiene lugar cuando sufrimos invalidación emocional en la infancia, de parte de los progenitores y cuidadores principales. No obstante, relaciones posteriores (amistades, compañeros, romances…) también pueden dañarnos profundamente cuando nos invalidan. Para la víctima, las principales consecuencias de la invalidación serían:

No aprender a regular sus emociones: quien crece con progenitores que invalidan constantemente lo que siente no aprende como acoger, sentir, expresar y regular esos estados emocionales.

Dudar constantemente de uno mismo: cuando nos invalidan, nos llevan a desconectarnos de esas emociones y de su mensaje.

Experimentar vergüenza al conectar con otros: sentimos que tener emociones y expresarlas, y desear que el otro nos acompañe en el sentir, es algo de lo que avergonzarse.

Tener problemas para desarrollar empatía: es común que estas personas que han sido invalidadas terminen haciéndole lo mismo a los demás, pues es la respuesta que han aprendido.

Las relaciones se vuelven conflictivas: es común que los demás terminen alejándose o generando un fuerte resentimiento hacia quien no es capaz de empatizar, conectar y acoger sus emociones cuando las expresan.

Reflexiona sobre tus vínculos y trata de identificar si estás recibiendo (y ofreciendo) empatía, respeto y validación. De no ser así, es momento de implementar algunos cambios en este sentido. Al hacerlo no solo mejorará tu estado de ánimo y tu confianza, sino que tus relaciones también se volverán más nutritivas y satisfactorias.

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