Los expertos aseguran que sí. Muchas personas en el mundo tienen arraigada la idea de que controlar lo que se come y el ejercicio físico, es la única forma para acercarse al cuerpo ideal aunque eso no nos lleve a tomar las elecciones más saludables. La forma en que comemos, nos ejercitamos y nos relacionamos con nuestro cuerpo suele estar influenciada por la cultura de la dieta, una trampa que puede aumentar las actitudes negativas hacia los demás y hacia nosotros mismos, afirma Sabrina Strings, profesora asociada de Sociología de la Universidad de California en Irvine.
La también autora de “Fearing the Black Body: The Racial Origins of Fat Phobia”, considera que aunque la cultura de las dietas puede contribuir a los trastornos alimenticios de muchas personas, incluso las que no tienen una afección diagnosticada suelen estar sometidas a la vergüenza, la intimidación, la restricción, el autocastigo y las relaciones negativas con su comida y su cuerpo a causa de la cultura de las dietas. La cultura de las dietas se compone de las influencias y los mensajes que impactan nuestra forma de comer, basados en la presión cultural para alcanzar un tipo de cuerpo ideal, sin embargo debemos tener en cuenta que cada cuerpo necesita diferentes cantidades de comida, diferentes niveles de actividad y diferentes tipos de alimentación; los especialistas consideran que cualquier que diga que hay una manera correcta para todos, es una trampa de la cultura de la dieta, dijo.
La alimentación consciente puede cambiar los hábitos alimenticios y la vida en general, si se desea tratar de desprenderse de esa visión de las dietas, a veces puede ser necesario el apoyo de un profesional para poder desactivar los mensajes de los que no somos conscientes o no sabemos cambiarlos por nosotros mismo”.
