Este es un problema común que puede afectar a muchas personas y deberse a varios factores, incluida la ansiedad o el estrés. Definido en términos populares como una “persona que tiene sueño, después de haber dormido 7 u 8 horas”, son episodios que se vuelven recurrentes y se extienden durante al menos un mes.
Estimada entre un 4 y un 6% su tasa de prevalencia, la hipersomnia es una afección en la que la persona siente somnolencia excesiva durante el día; sus principales manifestaciones son ansiedad, dificultad para recordar, inquietud, irritabilidad, procesos de pensamiento o funciones del lenguaje lentas, pérdida de apetito y poca o nula energía. Dado su posible origen multifactorial, los especialistas, consideran que no existe una forma precisa de prevenir la hipersomnia, aunque adoptar ciertas medidas puede ayudar a reducir su incidencia.
Las personas que padecen esta afección deben lograr ambientes agradables para descansar, con la iluminación y la ventilación necesarias, limitar la exposición a los dispositivos electrónicos, al menos dos horas antes de dormir, y adoptar patrones de alimentación y sueño regulares y saludables. Si bien el sueño puede obligarle a querer dormir en lugares poco frecuentes, como el trabajo o fuera de casa, este trastorno no debe confundirse con la narcolepsia, una afección neurológica en si que causa ataques repentinos de sueño no prevenibles durante el día. Las personas con hipersomnia pueden permanecer despiertas solas, aunque se sienten fatigadas, y aunque no se considera como una afección potencialmente mortal, si es capaz de afectar la calidad de vida de una persona.
