El sistema inmunológico es la defensa natural de nuestro cuerpo frente a afecciones externas como virus, infecciones y bacterias. A través de su acción, el cuerpo ataca y destruye los organismos infecciosos que lo invaden. Estos cuerpos extraños se llaman antígenos. Este sistema nunca interrumpe su actividad y siempre está funcionando a través de órganos, estructuras o fluidos como la sangre, pulmones, hígado, huesos, anginas, ganglios, timo, bazo, médula ósea e incluso intestino.
Efectos beneficiosos del ejercicio sobre nuestro sistema inmune. El ejercicio físico moderado, realizado de forma habitual, es beneficioso y fortalece al sistema inmunológico en todas las edades, especialmente en personas jóvenes y mayores. Estos son algunos de los beneficios:
- Ayuda a las vías respiratorias eliminando bacterias. Esto hace que se eliminen o reduzcan las posibilidades de resfriado, gripe u otras enfermedades respiratorias.
- Ayuda en la regulación del estrés, disminuyendo la secreción de hormonas como el cortisol y la epinefrina.
- El aumento de temperatura corporal puede ayudar a combatir el crecimiento bacteriano, ayudando al cuerpo a combatir una infección, como sucede cuando tenemos fiebre.
- Favorece la producción de adrenalina, de la hormona de crecimiento.
La exposición prolongada a lo largo del tiempo al ejercicio físico no solo hará que nuestro sistema inmunitario se fortalezca sino que además los efectos agudos o a corto plazo que provoca el ejercicio, serán más moderados. Así que aunque a corto plazo pueda haber cierta inmunosupresión transitoria en nuestro sistema inmunitario, a medio y largo plazo nuestro cuerpo estará mejor preparado para afrontar enfermedades futuras provocadas por virus o bacterias.
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