Uno de los grandes retos de los últimos dos años, ha sido sin dudas la pandemia del COVID 19; medidas sanitarias, propagación de la enfermedad y meses de confinamiento han marcado el panorama, que además han puesto a prueba la salud mental de las personas.
Desde 2020 muchas personas se han visto obligadas a aislarse socialmente o a detener casi todas sus actividades cotidianas y con ello el momento de enfrentarse a sí mismos, a todas luces la mayor prueba para nuestra salud mental en los últimos tiempos.
Lejos de lo que se piensa, la salud mental no se trata de un padecimiento leve, estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, resaltan que la pandemia de Covid-19 sólo ha contribuido a incrementar su prevalencia.
Prestar atención a nuestros desempeños productivos, emocionales y la percepción sobre nuestros objetivos e interacciones, nos conducirán a valorar realísticamente nuestra situación. Varias instituciones especializadas en salud mental pueden ofrecer terapias alternativas al tratamiento médico como soportes al acondicionamiento físico y mental. El fin principal es que se pueda trabajar con la salud mental desde distintos ángulos que permitan abordarlo desde un enfoque multidisciplinario.
