“Cualquier forma de caminar al aire libre durante el día es beneficiosa porque te expone a la luz del día, pero salir por las mañanas parece alertar a nuestro cuerpo y cerebro de que el día ha comenzado”, dice Michael Mosley, el médico y presentador de Just One Thing para la BBC.
La luz brillante de la primera hora de la mañana reduce la producción de melatonina, la hormona que nos hace sentir cansados, y genera en nosotros la clara sensación de que estamos despiertos. Nuestros cuerpos están diseñados para estar expuestos a la luz natural con mecanismos que actúan como sensores ubicados en la parte posterior de los ojos, que nos ayudan a detectar la luz y envían una señal al hipotálamo del cerebro, donde se controla nuestro reloj biológico, es decir, el ciclo natural de sueño (en la noche, la oscuridad) y el de vigilia del cuerpo (asociado al día, la iluminación).
“La luz no solo suprime la melatonina, sino que también adelanta nuestro reloj biológico, así que, por la noche, cuando quieres dormir, tu cuerpo está definitivamente listo para ello”, asevera Mosley, y añade: “Si tiene dificultades para dormir por la noche, puede ser que no estés recibiendo suficiente luz brillante, especialmente por la mañana”.
Tomar una caminata cada día por dos horas después del amanecer le ayudará a mejorar los patrones de sueño por la noche; cuanto antes se exponga a la luz del día, facilitará el ciclo diurno-nocturno, y será mejor el impacto en la calidad del sueño.
